ángel – engel

 

Ángel engel

 

DE ENGELEN

 

Zij hebben allen moede monden

en heldere zielen zonder zoom .

En een verlangen (als naar zonde)

speelt hen soms parten in hun droom.

Bijna hetzelfde zijn zij allen;

en in Gods tuinen zwijgen zij

als vele, vele intervallen

in zijn gezang en heerschappij.

Alleen als zij hun vleugels spreiden

zijn zij de wekkers van een wind:

als keerde God met zijn twee brede

beeldhouwershanden de bladzijden

in het donkere boek van het begin.

 

Rainer Maria Rilke

Uit: Buch der Bilder I, 1

Vertaling: Kees Kok

 

 

Ángelos – Engelen – ángel – engel

 

LOS ÁNGELES MUERTOS

Buscad, buscadlos:
en el insomnio de las cañerías olvidadas,
en los cauces interrumpidos por el silencio de las basuras.
No lejos de los charcos incapaces de guardar una nube,
unos ojos perdidos,
una sortija rota
o una estrella pisoteada.
Porque yo los he visto:
en esos escombros momentáneos que aparecen en las
neblinas.
Porque yo los he tocado:
en el destierro de un ladrillo difunto,
venido a la nada desde una torre o un carro.
Nunca más allá de las chimeneas que se derrumban
ni de esas hojas tenaces que se estampan en los zapatos.
En todo esto.
Mas en esas astillas vagabundas que se consumen sin fuego,
en esas ausencias hundidas que sufren los muebles
desvencijados,
no a mucha distancia de los nombres y signos que se
enfrían en las paredes.

Buscad, buscadlos:
debajo de la gota de cera que sepulta la palabra de un libro
o la firma de uno de esos rincones de cartas
que trae rodando el polvo.
Cerca del casco perdido de una botella,
de una suela extraviada en la nieve,
de una navaja de afeitar abandonada al borde de un
precipicio.

 

EL ÁNGEL DEL CARBÓN

Feo, de hollín y fango.
¡No verte!

Antes, de nieve, áureo,
en trineo por mi alma.
Cuajados pinos. Pendientes.

Y ahora por las cocheras,
de carbón, sucio.
¡Te lleven!

Por los desvanes de los sueños rotos.
Telarañas. Polillas. Polvo.
¡Te condenen!

Tiznados por tus manos,
mis muebles, mis paredes.

En todo,
tu estampado recuerdo
de tinta negra y barro.
¡Te quemen!

Amor, pulpo de sombra,
malo.

EL ÁNGEL DEL MISTERIO

Un sueño sin faroles y una humedad de olvidos,
pisados por un nombre y una sombra.
No sé si por un nombre o muchos nombres,
si por una sombra o muchas sombras.
Reveládmelo.
Sé que habitan los pozos frías voces,
que son de un solo cuerpo o muchos cuerpos,
de un alma sola o muchas almas.
No sé.
Decídmelo.
Que un caballo sin nadie va estampando
a su amazona antigua por los muros.
Que en las almenas grita, muerto, alguien
que yo toqué, dormido, en un espejo,
que yo, mudo, le dije…
No sé.
Explicádmelo.

 

DE ENGEL V AN HET MYSTERIE

Een droom zonder lichten en een klamheid van vergetelheid,

vertrapt door een naam en een schaduw.

Ik weet niet of het door één naam of door vele is.

Of het door één schaduw of door vele is.

Onthul het mij.

 

Ik weet dat in de putten kille stemmen wonen,

die toebehoren aan één lichaam of aan vele,

aan één zielof aan vele.

Ik weet het niet.

Zeg het mij.

 

Dat een paard zonder ruiter zijn antieke

amazone op de muren afstempelt.

Dat op de torentinnen iemand roept, een dode,

die ik, slapend, in een spiegel heb aangeraakt,

tot wie ik, zonder stem, heb gesproken.

Ik weet het niet.

Leg het mij uit.

 

EL ÁNGEL SUPERVIVIENTE

Acordáos.
La nieve traía gotas de lacre, de plomo derretido
y disimulos de niña que ha dado muerte a un cisne.
Una mano enguantada, la dispersión de la luz y el lento asesinato.
La derrota del cielo, un amigo.
Acordáos de aquel día, acordáos
y no olvidéis que la sorpresa paralizó el pulso y el color de los astros.
En el frío, murieron dos fantasmas.
Por un ave, tres anillos de oro
fueron hallados y enterrados en la escarcha.
La última voz del hombre ensangrentó el viento.
Todos los ángeles perdieron la vida.
Menos uno, herido, alicortado.

 

R. Alberti